¿Qué vacaciones recuerdas con más cariño? ¿Cuáles te traen recuerdos de risas, alegrías y experiencias inolvidables?
Seguramente, vinieron a tu mente las vacaciones de tu infancia. Aquellas que eran la recompensa después de finalizar el ciclo escolar. Esperabas con ansias que terminara el colegio porque sabías que tendrías dos meses llenos de diversión, juegos interminables, tradiciones de fin de año y tiempo para compartir con la familia y amigos.
Sin duda alguna, estas son las vacaciones más significativas de la vida. Es una época en la que no debes preocuparte por nada más que por ser niño, por ser libre, por reírte y sorprenderte con cada experiencia nueva.
El tiempo que compartan juntos y los recuerdos que construyan tus hijos en estas vacaciones, los acompañarán toda la vida. Es la oportunidad perfecta para:
- Jugar, jugar, jugar y jugar. Permite que tus hijos jueguen todo el tiempo que quieran, de preferencia, juegos concretos, en lugar de virtuales. Jugar implica ejercitar todas sus destrezas cognitivas, fortalecer sus habilidades sociales y sus emociones, aprender, descubrir, tomar decisiones, crear e imaginar.
- Compartir más tiempo juntos. El ciclo escolar terminó por lo que la rutina familiar ahora es un poco más flexible. Es la oportunidad de relajarte un poco y dedicarte a actividades que te transporten a tu infancia. Inventen nuevos juegos y nuevos mundos dentro de casa, la imaginación les permite emprender un viaje en avión, hacer un safari, un campamento, una navegación por el océano e incluso un viaje al espacio, sin tan siquiera salir. Así mismo, cuando tengan oportunidad de salir de casa, procuren visitar lugares nuevos en los que puedan encontrar experiencias distintas. Tus hijos y tú respirarán nuevos aires y renovarán las energías.
- Enamorarse de la lectura. Durante el ciclo escolar, tus hijos perciben la lectura como una asignación u obligación. En las vacaciones, podrán descubrir que leer es una recreación, y que aún más que eso, es un proceso en el que las palabras alimentan el alma. Juntos pueden visitar una librería y elegir un libro que capte su atención, luego pueden realizar pinturas, dramatizaciones, juegos e incluso historias nuevas a partir de él. La lectura permite compartir, reír y vivir muchas vidas.
- Compartir un poco de lo mucho que la vida les ha regalado. Durante este tiempo libre, conversen acerca de lo afortunados que son y de todas las bendiciones que han recibido. Motiva a tus hijos a compartir dichas bendiciones, con niños que no cuentan con las mismas oportunidades. Pueden elegir algunos juguetes que les gustaría regalar, buscar ropa en buen estado que podría abrigar a alguien más, e incluso cocinar algo y venderlo para recaudar fondos que luego puedan donar a una fundación o asociación. Recuerda que la solidaridad no significa regalar lo que les sobra o lo que ya no quieren, la solidaridad es compartir lo que tienes y hacerlo de todo corazón.
Así mismo, existen muchas opciones y recursos para que tus hijos tengan experiencias inolvidables mientras tú trabajas. Pero recuerda que, al llegar a casa, comienza la diversión en familia. Tanto tus hijos, como tú, se esforzaron y dedicaron por culminar con éxito este ciclo escolar. Ahora es tiempo de renovar las energías y aprovechar el tiempo como los niños mejor saben hacerlo… ¡Soñando y divirtiéndose!
Maria Fernanda Jiménez | Psicopedagoga | e-mail: maferjimenez@potenciare.com