Es
innegable que la tecnología es parte vital de nuestra realidad. Todo el tiempo,
niños y adultos, interactuamos a través de dispositivos electrónicos, redes
sociales y sistemas operativos que tienen tanto aspectos positivos, como
negativos. Pero el hecho que no podemos cambiar es que la tecnología se quedará
y seguirá transformándose con el paso del tiempo.
Tus
hijos son nativos digitales, pareciera que nacieron programados para poder
utilizar cualquier interfaz con facilidad. El mundo virtual les resulta mucho
más atractivo que la vida real. Esto significa que se adaptan con facilidad a
las demandas actuales del entorno, pero a su vez, que están expuestos
constantemente al lado oscuro del mundo tecnológico.
Los
niños desde muy corta edad tienen acceso a visualizar contenidos que no son
aptos para ellos, como violencia y pornografía. Están sometidos a presión
social virtual que les exige ser vistos y ser aprobados a través de “likes” en las redes sociales como
Facebook e Instagram. Se les presiona para participar en retos virtuales (Momo challenge, la ballena azul, juego de la
asfixia y numerosos otros “challenges”)
que ponen en riesgo su integridad física y emocional, sólo para ser parte de
las tendencias. Observan el mundo a través de una pantalla y disfrutan más lo
que ven a través de ella que lo que miran a través de la ventana.
Es
así como utilizar la tecnología con sabiduría se convierte en el mayor “challenge”. Tú debes ser la guía que
mantenga a tus hijos en el camino correcto y les provea herramientas que les
permita distinguir lo que nutre su pensamiento y emociones positivamente, y así
dejar de lado lo que las intoxica. Para ello, es importante:
- Dosificar el acceso a la tecnología: cada día, debes
asignar un tiempo específico en el que puedan acceder a sus dispositivos
electrónicos. Ese período no debe ser flexible, es decir, si establecen que es
media hora diaria, no deberán excederse de ese tiempo. Así mismo, ese período
debe ser en un horario en el que los padres estén en casa de modo que puedan
supervisar el uso correcto de la tecnología. No puedes aislar a tus hijos del
internet, pero si puedes evitar que absorba toda su atención y energía.
- Asignar un lugar visible en casa para utilizar los
dispositivos: por ejemplo, puede colocarse la computadora y Tablet en la sala
familiar, en donde se transita constantemente de modo que se pueda visualizar
lo que ellos ven.
- Utilizar el control parental y listas de reproducción
específicas: de modo que los padres puedan autorizar previamente si es
contenido apto para ellos. Recuerda prestar atención siempre a los programas y
videos que son del interés de tus hijos, muchas veces pasan desapercibidos
porque se asume que todo ha sido diseñado para niños. Lamentablemente esto no
es así y se debe seleccionar contenido que responda a los valores que se inculcan
en casa.
- Motivar a tus hijos a disfrutar la vida real: puedes
proponerles juegos de tu propia infancia, facilitar juegos de mesa, juguetes
educativos, actividades deportivas y al aire libre, entre otras. Si tú te
involucras en ellas, serán aún más atractivas para ellos pues lo que más disfrutan
es tu compañía. Es importante que aprendan a valorar que el mundo real y tangible,
es incomparable e incluso cultiva su pensamiento de la mejor forma.
- Evitar esconderles los peligros que representa la
tecnología: siempre acorde a su edad y entendimiento, procura explicar qué
pueden encontrar en el mundo virtual y discutir abiertamente qué piensan de
ello, por qué creen que es negativo, qué es lo positivo, qué deben adoptar de
ello, qué deben evitar y por qué, cómo se sienten al respecto, etc. La idea es
que tengan una perspectiva multifocal de estas problemáticas y desarrollen su
propio criterio para hacer las mejores elecciones, ya que si no eres tú quien
los informa al respecto, lo hará alguien más y de forma negativa. Lo que
ocultas a tus hijos, resulta ser lo más atractivo y lo que buscan constantemente.
Una comunicación abierta y asertiva siempre es la mejor forma de protegerlos.
- Mostrar con tu ejemplo cuál es el uso responsable de la tecnología:
si tú pasas más tiempo visualizando las pantallas que a tus hijos a los ojos,
es tiempo de reflexionar. Los intereses y conductas de tus hijos son un reflejo
de los tuyos. Es importante que mantengas un equilibrio entre el acceso a
internet y el acceso al tiempo familiar. De este modo tus hijos lograrán
mantener ese equilibrio por sí mismos.
La
tecnología no es mala. Lo malo es la forma en la que se permite que domine la
vida real, al utilizarla de forma desmedida, mecánica y pasiva. Un niño con
pensamiento crítico, seguro de sí mismo y con una base sólida de valores
morales, aprenderá a distinguir lo positivo y tomará buenas elecciones virtuales
que podrá aplicar en su realidad, en lugar de hundirse dentro de un mundo
virtual.
Maria
Fernanda Jiménez | Psicopedagoga |
e-mail: maferjimenez@potenciare.com