Todos los genuinos chapines, compartimos ese sueño. Constantemente nos encontramos absortos en ese remolino de problemas, injusticias y corrupción que busca corroer a nuestra sociedad. Pero en el fondo, nuestra esperanza nunca deja de brillar. Soñamos con una Guatemala más justa, más pacífica, más abundante, más exitosa y más radiante.
Esa esperanza junto con otras fortalezas como la resiliencia, el optimismo, el humor, la solidaridad y el entusiasmo, son las características esenciales de los guatemaltecos; y a su vez, los guatemaltecos somos el alma de Guatemala.
El secreto para convertir ese sueño de una Guatemala mejor, lo tienes ahí, justo en frente de ti. Tus hijos, la niñez de nuestro país, son el presente que crecerá para convertirse en un futuro mejor. Es por esa razón que debes:
– Inculcar el amor incondicional por su país, lo que incluye sus comidas, sus colores, sus aromas, sus idiomas, sus grupos étnicos, sus lugares, sus tradiciones, entre muchos otros.
– Fomentar la valoración de la diversidad. La riqueza de Guatemala radica en las diferencias de su gente, que no son más que rasgos distintivos que mantienen vivo un enorme legado. Demuestra a tus hijos que todos somos iguales, merecemos el mismo trato y las mismas oportunidades.
– Practicar los valores morales, vivirlos. La honradez, la paz, la convivencia armoniosa, la transparencia, la puntualidad y la excelencia que tanta falta le hacen a nuestro país, sólo podrán desarrollarse cuando se vivan en cada uno de nuestros hogares.
– Promover la cordialidad, la amabilidad y la cortesía tan característica de los guatemaltecos. Regalar una sonrisa cada día, te traerá muchas gratificaciones de vuelta.
– Enorgullecerte de nuestro país y reconocer esa enorme cantidad de cualidades únicas que tiene, en lugar de dejarse intoxicar por la adversidad y los enormes retos que se enfrentan día a día.
– Valorar la educación como el mejor agente de cambio y el motor que impulsa el desarrollo.
Guatemala se conforma de cada hogar. Y en cada uno de nuestros hogares, hay un pedacito del corazón de Guatemala. Con amor y respeto, protejamos ese corazón y brindemos la fuerza que necesita para latir con más fuerza. Los sueños se construyen con acciones, y afortunadamente, somos más los guatemaltecos que no nos dejaremos derrotar y lucharemos porque prevalezca la justicia, la honradez, la paz y la armonía.
En ti, en tus hijos, en tu familia y en tus amigos yace el poder de lograr generar ese cambio positivo que todos soñamos. Guatemala empezó como una de las mayores civilizaciones del mundo y de nosotros depende regresar a nuestra Tierra a ese lugar en el que merece estar.
Por: Maria Fernanda Jiménez | Psicopedagoga | maferjimenez@potenciare.com